20 sept 2007

La receta del semillero de puntajes nacionales

Instituto Nacional

En el Nacional se creen el cuento. Todos. Rector, profesores y, principalmente, alumnos. Se sienten buenos. Y les va bien. Siendo un liceo público, en la PSU 2004 sacaron 27 puntajes nacionales. A continuación el secreto de su éxito.

"Señor, el asiento en que usted está ahora fue ocupado antes por Diego Portales, Balmaceda, Jorge Alessandri, Ricardo Lagos, Hernán Büchi, Eliseo Salazar... ¡Sienta entonces el peso y la responsabilidad que la historia pone en usted!".




Con estas palabras Belfor Aguayo, uno de los más emblemáticos ­y temidos­ profesores del Instituto Nacional, exhorta a los distraídos alumnos que aún no asumen lo que significa estudiar en el colegio más antiguo (lo creó José Miguel Carrera en 1813) y con más tradición de Chile.El mismo que año a año saca la cara por los menoscabados liceos públicos del país, en un mar de colegios particulares exitosos. Porque cambian los regímenes políticos, cambian los alcaldes de Santiago (el Nacional es un colegio municipal), cambian las pruebas de admisión a la universidades. Cambia todo cambiaPero del venido a menos edificio de calle Arturo Prat 33, detrás de la casa central de la Universidad de Chile, siguen saliendo decenas de puntajes nacionales. En la PSU 2004 fueron 27.Tan bien le ha ido al Instituto que lo imitaron en la Municipalidad de Maipú, donde crearon el Liceo Nacional, y hasta apareció un Preuniversitario con su nombre.¿Pero cuál es el secreto del éxito de este liceo, si tiene los mismos escasos recursos que el resto de los colegios públicos? Veamos las opciones:
a) Buena selección de alumnos. Estudiantes esforzados.
b) Profesores exigentes y con trayectoria, incluso con magíster y doctorados.
c) Mística, tradición y ambiente de excelencia académica.
d) Preuniversitario todos los sábados para los alumnos de cuarto medio.
e) Plan de estudios especial, distinto al de otros liceos.
Para el rector del Instituto Nacional, Omar Letelier, la alternativa correcta es otra: Todas las anteriores. "No existen secretos ni recetas, sino estilos. Para que un colegio tenga logros, tiene que reunir algunos requisitos. Primero un ambiente de estudio, que lo da el currículum, el plan. Segundo, la historia y la tradición. Desde que nació este colegio siempre ha sido señero y de excelencia. No es algo nuevo. Luego están los profesores, que con mucha camiseta planifican sus asignaturas de séptimo a cuarto medio de manera de alcanzar logros. Si a esto le sumamos una dirección que orienta, y buenos alumnos y familias que creen en nuestro proyecto educativo, se crea un círculo virtuoso".Exigencia desde séptimoDe los cinco mil alumnos que postulan a séptimo año al Instituto Nacional, sólo son seleccionados por notas 700. ¿Será esta la explicación para el éxito? Para el ex institutano y Presidente de la República, Ricardo Lagos, al menos sí. Hace unos días dijo que esta selección "no es ninguna gracia". "Si seleccionan a los mejores, van a tener los mejores rendimientos". Sin embargo, los "mejores" de sus respectivos y sosegados colegios básicos se transforman en unos más del montón una vez que entran al Nacional. Las cosas cambian, entran en un ritmo de estudio casi universitario y empiezan a conocer las notas rojas. "Aquí la exigencia académica es permanente de séptimo a cuarto", explica el rector Letelier. "Un colegio que no exija difícilmente puede obtener resultados en la PSU. Es como una orquesta o un equipo deportivo, hay que practicar, practicar, practicar... Aquí en poco tiempo, los profesores pasan materias que en otras partes se dictan en dos años o que incluso se ven en primero de universidad. Y la mayoría de los alumnos responden bien a esa exigencia".La profesora de biología y directora del preuniversitario del colegio, Isabel Vidal, también cree que la exigencia es clave para alcanzar resultados. "Somos exigentes, es verdad, pero el niño confía en nosotros. Incluso se siente hasta un poco maltratado intelectualmente, pero siempre le hacemos ver que es por su bien. Para que tenga una ventaja con respecto a los otros alumnos de la enseñanza media".Pero tanta exigencia también les juega en contra a la hora de dar la PSU. Porque el promedio de notas de enseñanza media de los alumnos es bajo. Entre otras razones porque, como dicen los institutanos, "un 5,5 en el Nacional es un 7 en otro colegio".Preuniversitario para todosComo si el régimen de estudios no bastara para la PSU, los alumnos de cuarto medio del Instituto Nacional tienen la posibilidad de realizar un preuniversitario en el colegio. Algo muy importante, pues no todos pueden costearse uno externo. La actividad se realiza todos los sábados de 8:00 a 14:00 horas y es voluntaria. Pero el que la asume tiene que responder como obligatoria y asistir con uniforme.El preuniversitario se realiza desde hace 20 años y es financiado por el centro de padres del liceo. "Nuestro trabajo ­señala Isabel Vidal­ es ver cuáles son las exigencias del Consejo de Rectores para las pruebas y programarnos en función de eso. La idea es que ningún tema que se trató durante la enseñanza media quede sin ser reforzado. Les entregamos materiales de todas las asignaturas y guías con ejercicios. Realizamos mucha ejercitación. Además hacemos dos ensayos generales de la PSU en el año".Autoestima institutanaOtro de los puntales en el éxito del Instituto Nacional son sus docentes. De partida, los maestros del Instituto Nacional crearon un plan de estudios propio, diferente al resto de los colegios públicos."Acá los profesores nos autoexigimos, hay verdaderas peleas intelectuales porque queremos pasar materias que para algunos pueden parecer muy avanzadas. Pero existe la libertad para profundizar una materia", confiesa uno de ellos.Los maestros no la tienen fácil. Y siempre deben demostrar lo que saben. Porque no faltan los alumnos que reclaman a las autoridades del colegio cuando creen que un profesor no está a la altura. "Los alumnos son nuestros mejores evaluadores. Exigen mucho y, por lo general, les gusta aprender y que les hagan una buena clase. Son muy celosos en ese sentido", explica Isabel Vidal.Y es que en el Instituto Nacional se creen el cuento. Todos. El rector, los profesores y, principalmente, los alumnos. Y eso marca una diferencia. Así lo cree Isabel Vidal. "Pienso que el éxito de nuestros estudiantes en la PSU tiene bastante que ver con la mística que el colegio les entrega a los niños. Se promueve el desarrollo del autoestima institutana. El niño se cree bueno, siente que está en el mejor colegio, que el Instituto le da un estatus nuevo, que le cambia la vida".

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