20 sept 2007

Las claves para rendir un buen examen


Los adolescentes esperan de sus padres comprensión, atención cariñosa, pensamientos positivos y, sobre todo, tolerancia frente al fracaso.


Una de las cosas que anhelan los adolescentes en estos momentos en que están a punto de rendir la PSU es que sus familias los acojan, que no los presionen ni reprochen por lo que no estudió durante el año. Tampoco necesita recibir discursos sobre su deber ser. Dice la orientadora Cristina Stecca que el joven lo que más busca es que la familia se relaje y le proporcione un ambiente de paz y confianza. "De lo contrario, irá cargado de pensamientos y sentimientos negativos al examen, lo que rendundará en resultados nefastos, porque el adolescente, al verse obligado y presionado a responder bien, se bloqueará y quedará en blanco cuando tenga que responder las preguntas".
Mucha confianza


Explica que una de las clave que tienen que considerar, padres e hijos, es mantenerse fijos en la meta de la satisfacción que se produce cuando se consigue superar el objetivo. Por eso, es vital en este momento que cuando la familia establezca alguna conversación sobre la PSU sea muy cuidadosa en plantear el tema y evitar, a toda costa, la sensación de catástrofe porque no se conseguirá la meta presupuestada. Lo peor es hacer énfasis en los peligros, las tristes consecuencias y los terribles escenarios si no se obtiene un buen resultado. Por ello la especialista recomienda:Ser honestos y abiertos. Por ejemplo, no hacer preguntas nocivas: ¿por qué no estudias?, ¿no te das cuenta de que el tiempo corre y no vas a rendir bien? Al contrario, lo más asertivo es comunicar la preocupación que se experimenta con responsabilidad. Actitudes como las siguientes son más favorables: No sé cómo ayudarte y me inquieta que estés tan nervioso para tu examen. Me preocupa no verte concentrado para la prueba. ¿Qué te pasa? ¿Tienes miedo de rendir la prueba? Me gustaría que habláramos sobre tu futuro para saber cómo apoyarte y supieras que en este momento hay que ser positivo y olvidarse de los fracasos.No ser autoritario. Es muy importante que los padres no ejerzan el poder para imponer sus puntos de vista y, sobre todo, en este momento en que el joven necesita más comprensión. La verdadera autoridad implica una combinación de respeto, calidez y firmeza, mientras que el poder intimida y amenaza. Lo correcto es fijar los límites, expresar lo que se espera del adolescente, siempre en una atmósfera amorosa y de aceptación para que él pueda desarrollar su propia visión de las cosas y transitar el camino hacia la autonomía.Ser menos absolutista y más tolerante. Los padres que suelen ser tajantes y que se manifiestan en los ámbitos del todo o la nada o del siempre o del nunca, por lo general, obtienen rebeldía de sus hijos o actitudes sumisas. En el caso de la PSU, lo mejor es discutir las opciones, los pros y los contras de las decisiones, sin que la amenaza del castigo o de la catástrofe esté presente.Ejercer un buen monitoreo. La supervisión no debe confundirse con el control y la sobreprotección. El monitoreo debe estar equilibrado por la delicadeza justa para no ser invasivo. La idea es estar presente y conversar o formular preguntas sencillas, no suspicaces ni amenazantes.


SAaber escuchar


La clave para una buena comunicación en este momento de la PSU es escuchar. A menudo, los padres tienen la convicción de que se están comunicando cuando hablan, aconsejan, guían, preguntan y hasta responden. También es bueno contar las propias experiencias. Esto ayuda al acercamiento afectivo. Los jóvenes necesitan más que nunca padres amigables que sean transparentes y no traten de venderles una imagen de dioses sin defectos. Por ejemplo, es bueno que el adulto comunique al hijo cómo le fue a él en sus pruebas, el miedo que experimentó, los errores que cometió, los aprendizajes obtenidos e, incluso, las anécdotas.

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